A partir de la reflexión que hice en mi entrada anterior, empezaré hoy una nueva. Tras las dos clases teóricas de Expresión Artística, la semana pasada (concretamente el miércoles) comenzamos con las clases prácticas. Y nunca mejor dicho, porque pusimos en práctica lo anteriormente explicado sobre el punto, la línea y el plano y nos pusimos manos (y pinceles) a la obra.
Disponíamos de un papel DIN-A4 en el que podíamos pintar por cualquiera de sus dos caras (la brillante o la áspera). Yo elegí la superficie brillante para darle rienda suelta a mi imaginación a través de un "sencillo" pincel. Teníamos que trabajar el punto, la línea y el plano. En un primer momento piensas que será "pan comido". Pero en el momento en el que estás frente al papel completamente en blanco, rodeada de témperas de colores, ceras, rotuladores y acuarelas piensas... ¿Por dónde empiezo?
Yo comencé pintando ocho puntos. Trataba de dibujar puntos de colores complementarios y además de diferentes tamaños y he aquí el resultado:
Consideraba que era esencial incluir eso en mi "creación", ya que es muy importante que los niños conozcan estos dos aspectos.
Continué haciendo puntos, que pintados unos detrás de otros daban lugar a líneas (como ya señalé en mi anterior entrada). Y lo pinté explícitamente:
Continué pintando líneas y puntos y traté de unirlos para que diesen lugar a diferentes formas, como por ejemplo una cara con ojos (puntos negros y blancos), orejas (puntos verdes), cejas (puntos negros que forman una línea), nariz (punto rojo) y boca (puntos rosas que forman una línea). También pinté un sol a partir de un gran punto amarillo rodeado (sólo en su mitad) por líneas naranjas.
Finalmente, incorporé líneas de diferentes grosores, formas y colores acompañadas de numerosos puntos y manchas.
C'est fini!
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